Nuestro cuerpo es una máquina compleja que se ve afectada por múltiples factores en todo momento. La dieta y la nutrición son una parte fundamental de nuestro desarrollo, nuestra salud general e, indudablemente, de nuestra salud bucal.
En este artículo, te enseñaremos como algunos hábitos alimenticios son capaces de afectar negativamente a tu salud bucal, cuáles son, y te diremos algunas medidas concretas que puedes tomar para mejorar tu nutrición y, a la vez, tu salud bucal.
La salud bucal está afectada por tu dieta
La dieta y la nutrición tienen una relación directa con nuestra salud bucal, ya que pueden afectar el desarrollo y la progresión de muchas enfermedades bucales como la caries y la periodontitis. Mientras que la dieta se refiere al tipo específico de comida que se ingiere, la nutrición abarca los diferentes nutrientes que debemos consumir.
Primeramente, todo lo que comemos afecta nuestra salud durante nuestra vida, desde que estamos en el vientre de nuestra madre, hasta nuestra vejez. Incluso antes de nacer, nuestro cuerpo, incluyendo los tejidos dentales y bucales, necesita los nutrientes apropiados para desarrollarse correctamente y crecer sano y fuerte.
Por otro lado, a lo largo de nuestra vida, los elementos que integremos a nuestra dieta pueden afectar nuestros dientes y encías para bien o para mal. Diferentes elementos pueden afectar los tejidos bucales, llevando a diversas afecciones bucales que pueden comprometer la salud general de las personas.
Dentro de los muchos problemas que pueden surgir de una dieta inapropiada, podemos mencionar los siguientes:
La caries dental
La caries dental, sigue siendo la enfermedad crónica más común ¡en todo el mundo! A pesar de ser una enfermedad con múltiples factores involucrados como la higiene, los hábitos o la genética, es un hecho innegable que consumir alimentos ricos en azúcar conduce a su formación.
Desde hace muchos años, los expertos han estudiado la forma de como los azúcares y carbohidratos en nuestra boca inducen un ataque ácido sobre los tejidos dentales, produciendo su desmineralización y, eventualmente, llevando a enfermedades dentales como la caries. Estos ácidos son producto de las bacterias que posee nuestra boca, que consumen los restos de los alimentos y se alojan en la placa dental.
De esta forma, es importante destacar que cualquier tipo de comida que contenga azúcar puede contribuir al desarrollo de la caries dental. Estos azúcares pueden provenir de los carbohidratos presentes en las comidas diarias como arroz o pasta, las bebidas energéticas, los zumos o gaseosas, y las comidas con azúcar refinada. Siendo esta última la que tiene el riesgo más alto de provocar caries dental, especialmente cuando se consume entre comidas debido a los hábitos en los intervalos de la higiene y el cepillado comunes de la mayoría de la población (cepillarse únicamente tras las 2 o 3 comidas principales).
La buena noticia es que estos hechos son evitables. Reducir la cantidad de sacarosa en nuestra dieta diaria reduce de forma drástica nuestro riesgo de padecer caries. También, disminuir la frecuencia de dicho consumo puede ser de gran ayuda si no quisieras abandonar los dulces de forma definitiva. Finalmente, la eliminación de la placa, con un correcto cepillado tras cada comida, reduce efectivamente el riesgo de sufrir caries dental.
La enfermedad periodontal
Así como las comidas pueden afectar los tejidos duros del diente, también pueden afectar nuestras encías. Mientras que la gingivitis es la inflamación de las encías, la periodontitis es la progresión hasta el punto en el que los dientes pierden sus tejidos de soporte.
Al igual que la caries, la enfermedad periodontal tiene un origen multifactorial, sin embargo, la placa también tiene un efecto directo sobre las encías, por lo que una dieta rica en azúcares puede llevar a la inflamación de los tejidos blandos, el sangrado y la movilidad dentaria.
La erosión dental
Quizá parezca extraño, pero ciertas bebidas y alimentos pueden dañar los dientes de forma severa, aún sin la presencia de caries. La erosión dental es una lesión irreversible causada por un proceso químico que desintegra los tejidos dentarios con ácidos.
Aunque la erosión dental puede provenir de otros factores como el reflujo y los vómitos, está demostrado que las bebidas como los jugos ácidos, las bebidas deportivas y energéticas pueden producir estas lesiones en los dientes, especialmente si se consumen frecuentemente, después del ejercicio o en ayunas.
En este tipo de lesiones, los hábitos de las personas son más importantes que el alimento en sí, por lo que el consumo eventual no es dañino.
Otras enfermedades y transtornos nutricionales relacionados con la salud bucal
Si el consumo de ciertos alimentos es deficiente durante la niñez o el embarazo, los dientes pueden desarrollarse con ciertas deficiencias, llevando a condiciones dentales como la hipoplasia del esmalte o la amelogénesis infecta, llevando a fracturas dentarias, lesiones cariosas o dientes mal formados.
Por otro lado, ciertos alimentos ácidos pueden llevar a otros problemas bucales como la xerostomía, que es la falta de saliva, o las úlceras aftosas, que son úlceras pequeñas y dolorosas.
¿Cómo mejorar mi dieta y mi salud bucal?
Debido a la relación directa entre la alimentación y la salud bucal, modificar nuestros hábitos nutricionales puede tener un impacto drástico en nuestro bienestar.
Alguna de las medidas que puedes tomar para mejorar tu dieta son los siguientes:
• Equilibrar la dieta es indispensable para disminuir el riesgo de caries. Te recomendamos que consumas dulces con menos frecuencia y que, si no puedes cepillarte luego, te enjuagues con abundante agua siempre después de comer.
• Una dieta rica en minerales y vitaminas, por parte de la madre, ayuda a la formación de los tejidos duros que conforman los dientes, los músculos y los huesos, llevando a la formación de una cavidad bucal bien desarrollada. Además, se ha demostrado que el consumo de vitamina D durante el embarazo reduce el riesgo de caries en niños.
• Los niños deben mantener una dieta rica en minerales como el calcio, fosfato y flúor, integrando a la dieta productos lácteos, patatas, nueces o leche de soja.
• En caso de los deportistas, es importante que el consumo de bebidas energéticas o carbonatadas, sea precedido de un enjuague con agua. Y de ser posible, deberían consumirse con una pajita para evitar el contacto con las superficies dentales.
• Considera integrar meriendas mucho más saludables con frutas, nueces, frutos secos y yogurt. Los yogures son alimentos muy sanos que, a pesar de ser ácidos, aportan una gran variedad de nutrientes sin afectar el pH de la boca.
• Eliminar la placa dental es fundamental para evitar la caries y la enfermedad periodontal. Cepíllate los dientes correctamente, siempre después de comer cualquier alimento.
Esperamos que si has llegado hasta aquí hayas disfrutado de la lectura y que si tienes cualquier pregunta no dudes en contactar con nosotros, estaremos encantados de solucionar tus dudas.