La gran mayoría de dentífricos que encontramos en el mercado tienen flúor, una sustancia que para muchos es desconocida, lo que hace que surjan dudas a la hora de entender cómo ayuda a nuestros dientes, o si realmente es beneficiosa. No es raro, a día de hoy, escuchar a la gente criticar esta sustancia y considerarla nociva para la salud.
Comenzaremos comentando que el flúor es uno de los 118 elementos químicos que componen la tabla periódica, y antiguamente se consideraba como un mineral que ayudaba a la fundición del hierro a una menor temperatura, reduciendo la viscosidad del metal líquido y consiguiendo que fluyera con una mayor facilidad.
De hecho, el flúor está reconocido como el elemento más reactivo de toda la tabla periódica, lo que hace que muchas personas se pregunten cómo puede ser beneficioso para la salud dental.
Por ello, con el objetivo de resolver todas tus dudas, a continuación te vamos a contar todo lo que debes saber sobre el flúor dental.
¿Qué es el flúor dental?
Lo primero que hay que decir es que el flúor dental presente en la mayoría de dentífricos no es flúor puro, sino derivados como pueden ser el fluoruro estannoso, el fluorofosfato sódico o el fluoruro de sodio.
Este tipo de flúor dental, sumado a las diferentes propiedades de los dentífricos dentales, remineraliza el esmalte de los dientes y previene la aparición de caries.
Sus beneficios están fuera de toda duda, hasta el punto de que la Asociación Dental de Estados Unidos (ADA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan agregar flúor a los depósitos de agua municipales, debido a su elevado efecto contra las caries.
¿Cómo actúa el flúor dental sobre nuestros dientes?
El flúor sobre la superficie dental reduce la solubilidad del esmalte, aportándole una mayor dureza y resistencia ante la acción provocada por los ácidos.
Además, el flúor dental actúa directamente sobre las bacterias formadoras de las caries dentales, evitando su metabolismo, adhesión y agregación a la placa bacteriana, lo que ayuda a reducir su aparición.
También hay que decir que el flúor incide directamente en los procesos de desmineralización y remineralización que tienen lugar en la boca naturalmente. Cuando el flúor está presente en la remineralización, los minerales son más duros, ayudando a fortalecer los dientes y evitando la disolución que se produciría con la desmineralización.
Entonces, ¿el flúor dental es beneficioso?
La utilización de flúor dental de manera continua, especialmente si se realiza desde la infancia, protege los dientes de leche y definitivos frente a la aparición de caries dentales.
En el caso de los más pequeños, el flúor se concentra en los huesos y en los dientes en desarrollo, fortaleciendo el esmalte antes de que lleguen a erupcionar. Cuando se trata de los adultos, el flúor endurece el esmalte de los dientes ya erupcionados.
Eso sí, es importante no excederse con la cantidad de flúor ingerida, y para ello debes saber si el agua potable de tu zona es fluorada o no. Lo recomendable es aplicar una cantidad de dentífrico con flúor ligeramente superior al tamaño de un guisante.
Y es que en dosis muy pequeñas el flúor dental es capaz de reducir el número de caries en más de un 50%. Esto se debe a que el ión fluoruro reacciona rápidamente con el calcio del esmalte, formando fluoruro de calcio y aumentando la resistencia del esmalte.
En caso de que el agua de tu zona no sea fluorada, deberás acudir a tu dentista para que te recomiende cómo alcanzar los niveles necesarios de flúor para proteger tus dientes.
El flúor dental en los más pequeños
El flúor es muy importante para que los más pequeños puedan contrarrestar la acción de las bacterias de la boca, que en combinación con los azúcares, produce grandes cantidades de ácido, dañando el esmalte y las piezas dentales en su totalidad.
Por ello es altamente recomendable utilizar dentífricos que contengan flúor para la limpieza bucal de los niños, aplicando, tal y como marca la Academia Americana de Pediatría y el Consejo General de Dentistas Españoles, una cantidad de dentífrico con flúor del tamaño de un grano de arroz desde el momento en que salga el primer diente de leche, y hasta que cumplan los 2-3 años. A partir de este momento, podemos aumentar ligeramente la cantidad de pasta.
También está la posibilidad de aplicar un barniz de flúor desde que sale el primer diente, hasta los cinco años. Este tratamiento debe realizarlo un especialista, y tiene una duración de entre 1 y 4 minutos, teniendo que esperar unos treinta minutos para ingerir cualquier tipo de líquido o sólido.
Conclusión
En definitiva, el flúor dental favorece la remineralización del esmalte perdido en los dientes, aumentando su resistencia y durabilidad frente a la acción de los ácidos, y previniendo la aparición de caries.
Si tienes cualquier otra duda acerca del flúor dental, no dudes en acercarte a nuestra clínica dental en San Vicente del Raspeig, y nuestros especialistas se encargarán de resolvértela. ¡Contacta con nosotros sin compromiso!